Toluca, Estado de México; 13 de enero de 2024.- Cada 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno que influye en las tasas de mortalidad a nivel mundial.
La depresión es un trastorno psicológico que afecta
a personas de todas las edades; sin embargo los adolescentes y adultos mayores
son los más afectados.
A nivel mundial, se estima que la depresión afecta al 4,1% de la población en algún momento de su vida, de los que 5,9% son mujeres y 2,3% hombres.
Este trastorno causa cambios profundos en la
forma de pensar, sentir, o en el comportamiento de la persona que la sufre.
Los síntomas son:
- tristeza intensa
- pierden el interés por actividades que solían disfrutar
- ven alterado su apetito y patrones de sueño
- falta de energía
- dificultades para concentrarse
- pensamientos relacionados con la muerte o el suicidio.
Aunque los síntomas pueden manifestarse de
maneras distintas según la edad y la etapa de desarrollo, por lo que es más
difícil diagnosticarla en adolescentes y niños, pues en algunos casos en lugar
de una tristeza evidente, pueden mostrar irritabilidad, cambios de humor o
comportamientos disruptivos.
Los datos de un estudio realizado por los
Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud federal,
revelan que en México, 5 de cada 100 mexicanos (5.1%) viven con depresión.
De dicha cifra, sólo una persona recibe atención
profesional contra la depresión.
A pesar de que no se conocen las causas exactas
que provocan la depresión, hay diversos factores que contribuyen a la aparición
de este trastorno, como los factores sociales, psicológicos y biológicos,
además de los genes que heredamos de nuestros padres
De acuerdo con la Organización Mundial de la
Salud, existen diversos tipos de depresión, los cuales se diferencian por su
duración, evolución y nivel de impacto en el desempeño de actividades
rutinarias y relaciones interpersonales, desde el punto de vista emocional,
conductual, cognitivo y somático.
Trastorno depresivo grave o trastorno depresivo
mayor: este tipo de depresión es considerado como el más grave, ya que es
prolongado en el tiempo y con posibilidad de episodios repetitivos. Afecta las
actividades diarias como comer, dormir, así como la concentración. Se requiere
de tratamiento farmacológico y terapia psicológica.
Trastorno depresivo persistente: es un tipo de
depresión moderada, con los siguientes síntomas: pérdida de interés en las
actividades normales, cambios en el sueño, baja autoestima, desesperanza,
inapetencia, falta de energía y de concentración. El tratamiento incluye el uso
de medicamentos y la terapia conversacional.
Depresión postparto: se diagnostica en el
primer mes siguiente al nacimiento o alumbramiento. Los principales síntomas
son insomnio, irritabilidad, desapego con el bebé, pérdida de apetito. El
tratamiento se basa en terapia, antidepresivos y terapia hormonal.
Trastorno afectivo estacional: se produce
generalmente durante la estación invernal, coincidiendo con la reducción de
horas de sol. Los síntomas característicos son desesperanza y retraimiento
social. Se requiere la aplicación de fototerapia, medicamentos y terapia
conversacional.
Depresión psicótica: se caracteriza por la
presencia de alucinaciones o episodios psicóticos con sentimientos de
desesperanza, inutilidad o culpa, fatiga constante, retraimiento social e
irritabilidad. Se requiere de un tratamiento farmacológico, conjuntamente con
terapias psicológicas.
Enfermedad maniaco depresiva o trastorno
bipolar: es un trastorno permanente que genera cambios cíclicos en el estado de
ánimo, con altos emocionales (manía o hipomanía) y sentimientos de tristeza o
depresión. El tratamiento incluye medicamentos estabilizantes del humor,
antipsicóticos, antidepresivos y psicoterapia.
Superar un episodio depresivo requiere
orientación médica especializada y apoyo por parte del entorno afectivo y
familiar de la persona afectada. Para prevenir la depresión, la OMS recomienda
programas que apunten a su reducción. Entre las estrategias comunitarias
eficaces para lograrlo, se mencionan los programas que promueven un modelo de
pensamiento positivo, mantener un estilo de vida saludable y contacto social.
Además, según su clasificación y teniendo en cuenta el criterio médico, se
podrán llevar a cabo tratamientos combinados entre terapias psicológicas y/o
tratamientos con psicofármacos. Asimismo, debe considerarse la eficacia de los
tratamientos psicosociales y la necesidad de apoyos en el acompañamiento
durante el tratamiento, para garantizar la integralidad de las personas.
**Con información de: Consejo Nacional contra las
Adicciones (CONADIC)


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