Esta noche habrá Luna de Sangre, que es un tipo de eclipse lunar en el que el satélite de la Tierra no se oscurece del todo, sino que adquiere ciertos tonos cobrizos, rojos o marrones.
Este evento provoca
los colores rojizos de la Luna cuando la atmósfera terrestre contiene altos
niveles de polución, nubosidad o interferencias de otro tipo.
Cuando ambas situaciones coinciden, son capaces de absorber ciertas longitudes de ondas de luz solar y permitir el paso del espectro inferior de la luz.
Este martes
17 de septiembre del 2024 la Luna Llena se percibirá de color rojizo. Sin
embargo, nuestro satélite natural no se vuelve de esta tonalidad, sino que se
percibe de esta manera desde la Tierra por incidencia de la luz sobre la
superficie de la Luna, a diferencia del Sol que desaparece durante un eclipse,
la Luna no queda cubierta por la sombra de nuestro planeta.
“La Tierra
se posiciona entre el Sol y la Luna, pero por el borde del planeta, la
radiación que llega del Sol interactúa con la atmósfera y dicha luz, a la que
llamamos ‘blanca’ y está formada por todos los colores, interacciona con las
moléculas de aire, dispersándose y cambiando de dirección”, describió Beatriz
García, directora del Observatorio Pierre Auger para National Geographic.
A diferencia
de otros colores, el rojo permanece en la dirección original y durante un
eclipse lunar, la luz que pasa por la atmósfera de la Tierra sigue de largo e
incide en la superficie de la Luna, por eso la vemos enrojecida.
La Luna de
Sangre está asociada con eventos trágicos o sangrientos que amenazaban con la
estabilidad del universo. No obstante, existe una historia que está relacionada
con la biblia.
El relato
comienza con el rey Herodes, quien estaba enamorado de su hijastra Salomé,
quien era seductora y de una gran belleza.
Herodes se
enamoró de ella y le rogó que le bailara la “Danza de los siete velos”. Ella se
negó. El rey le ofreció a cambio sus cisnes blancos, joyas e incluso la mitad
de su reino. Pero ella seguía negándose.
El rey le
dijo: “te ofrezco lo que quieras”. Finalmente accedió y después del baile le
pidió la cabeza de Juan Bautista. El rey le ofreció muchas otras cosas, pero
ella no aceptó.
Al final,
mandó a cortar la cabeza de Juan Bautista y la pusieron en una charola de plata
para llevársela a Salomé.
Justo ese
día hubo un eclipse total de Luna, que particularmente se puso roja. Desde
entonces los eclipses lunares se conocen como “Luna de Sangre”.
Con información
de: Milenio

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