Las actuales estrategias para controlar el esparcimiento del virus H5N1 fallan en el reporte de los datos de contagios, así lo señala una investigación publicada en la revista Nature que advierte que dichas estrategias “no están funcionando“, por lo que cabe la posibilidad de que haya variantes que se estén “propagando silenciosamente” sin ser detectadas.
El estudio, dirigido por investigadores del Instituto
Pirbright de ciencias veterinarias de Reino Unido, ha analizado los brotes
recientes de la gripe aviar en visones
de granjas peleteras de Galicia, en focas y leones marinos en Sudamérica, y en
granjas de vacas lecheras de Estados Unidos, donde ya hay más de 200 rebaños
afectados en 14 estados.
Precisamente en Misuri (Estados Unidos) se detectó el primer
caso humano de la gripe aviar sin contacto con animales infectados, que
constituye el decimocuarto contagio en humanos reportado en lo que va de año en
este país aunque los 13 casos previos si correspondían a personas expuestas a
animales infectados.
“El problema parte de que en Estados Unidos solo es
obligatorio declarar la gripe aviar en aves de corral, no en mamíferos. El
departamento de Agricultura solo exige pruebas del virus H5N1 cuando el ganado
lactante se traslada de un estado a otro”, subraya uno de los autores del
estudio, Thomas Peacock, especialista en zoonosis del Instituto PirBright.
Es especialista advierte del contraste entre la falta de
datos actual sobre la propagación del virus en granjas de Estados Unidos, y el
control exhaustivo que llevaron a cabo generaciones previas de ganaderos en
este país con la fiebre aftosa del ganado, gracias a lo cual se frenó de forma
eficaz.
Los científicos alertan también del riego que supone que el
análisis del virus de la gripe aviar en fauna salvaje se centre solo en los
cadáveres, y no se practiquen pruebas a animales vivos, “lo que implica que
puede haber variantes del H5N1 propagándose silenciosamente sin ser
detectadas”.

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