La estructura del SINAPROC
Un conjunto de relaciones funcionales, métodos y
procedimientos que se establecen entre las dependencias y entidades del sector
público, considerando a las organizaciones, grupos sociales, privados y
autoridades estatales y municipales, las cuales se organizan antes, durante y
después de la eventualidad de un desastre, conforman las bases del Sistema
Nacional de Protección Civil (SINAPROC), desde 1986, para salvaguardar la vida,
los bienes y el entorno de los ciudadanos en México.
Al inicio, la principal motivación era la necesidad sentida
y generalizada de no volver a sufrir los estragos que dejaron los sismos de
septiembre de 1985; con la herida fresca y los ánimos encausados se pretendía
alcanzar un gran consenso social que permitiera construir un conjunto
coordinado de prácticas para una mayor y mejor protección social que
considerara al pueblo y al gobierno en una sinergia cuyo eje conductor fueran
tres conceptos: Coordinación, Reciprocidad y Solidaridad.
El arte de ponerse de acuerdo y alinear intereses generales
en supremacía de los particulares y de grupo es el gran reto de la vida en
sociedad. El SINAPROC no era la excepción y habría que ponerlo a prueba. Bajo
la coordinación del Gobierno Federal se llevarían a cabo las nuevas prácticas
que garantizarían la no repetición de errores del pasado en cuanto a planeación
urbana, desarrollo y seguridad social, normas constructivas y, principalmente,
la participación ciudadana y el cuidado del entorno.
Bajo responsabilidad mutua, reconociendo la dependencia
recíproca entre sociedad y gobierno y una lógica solidaria de ponerse en el
lugar del otro eran las narrativas del momento, lo cual ayudaría a instrumentar
eficientemente el nuevo sistema de atención de desastres. Además de talento y
voluntad, se necesitaban recursos económicos.
Sin embargo, la reciente desgracia provocada por los sismos
no impidió que las jóvenes políticas neoliberales del final de los años
ochentas de adelgazamiento del Estado y desmantelamiento de instituciones e
infraestructura pública contrastaran con la narrativa solidaria y participativa
que se vivía en los estratos sociales bajos, haciéndose indisolubles los
objetivos impuestos por el Consenso de Washington con los de empoderamiento de
la sociedad civil mexicana ante los desastres. Darle poder de decisión a la
sociedad ponía en riesgo la implementación del neoliberalismo en México.
En consecuencia, el discurso de reciprocidad y solidaridad
se escondió debajo de la alfombra de todas las dependencias de Gobierno y de
pronto las instituciones responsables y los sectores estratégicos se vieron
reducidos en sus presupuestos y las políticas públicas se orientaron hacia la
desregulación y privatización, soslayando las relacionadas con la prevención de
desastres. “No se trata de crear nuevas dependencias o entidades sino de
desprender de las instituciones existentes los recursos humanos, materiales y
financieros y reordenarlos para alcanzar su mejor aprovechamiento (...), la
idea es aprovechar lo que se tiene; capacitando a los que ya están en las
distintas Instituciones.” Así rezaba el discurso en las Bases para el
Establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil, publicadas en octubre
de 1986.
¿A cuáles recursos humanos y materiales se refería el
SINAPROC, si para octubre de 1986 la crisis económica y los efectos del
desastre tenía en serios problemas financieros al gobierno federal? Desde su
origen la estructura nacional de la protección civil consideró a los entes
gubernamentales como los principales coordinadores y ejecutores de las labores
de prevención, respuesta y recuperación ante desastres (vigente hasta la
fecha); los grupos voluntarios, considerados un elemento fundamental en el marco
legal de la protección civil fueron marginados desde entonces de toda actividad
preventiva y de recuperación. El único espacio concedido por el gobierno para
la intervención de la sociedad civil fue y sigue siendo sólo durante la fase de
reacción, por obvias razones, ya que en esta fase las instituciones públicas
son rebasadas por la sociedad organizada y su gran capacidad de respuesta ante
las emergencias.
En su estructura, el SINAPROC se basó en un marco conceptual
y de planeación; en segundo lugar un aspecto programático del cual surgieron
los Programas de Protección Civil de todos los niveles; y un tercer aspecto fue
el de los métodos y procedimientos para la puesta en marcha. Y es aquí en donde
se encuentra el estanco y la
parálisis. Ya que no hay suficientes manos, voluntades y
recursos dispuestos, organizados y capacitados para ejecutar, insisto, desde la
ciudadanía, las acciones de protección civil. ¡Feliz fin de semana!
Información: Hugo Antonio Espinosa Ramírez.
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre.
cmdtespinosa@gmail.com
whatsApp: 5532213758

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