México es uno de los países con más alacranes, con un promedio de 300 especies, y por ende con el mayor número de picaduras, que llegan a un promedio de 300 mil casos al año.
Gerardo Contreras, académico del Instituto de Biología de la
UNAM, indicó que menos del 10 por ciento de las picaduras son consideradas de
importancia médica en las que la atención es urgente.
El académico indicó que tras la picadura de un alacrán, la
persona puede sentir dolor en el área, seguida de entumecimiento o ardor. Posteriormente
se enrojece el área, y en casos graves causa un paro en las vías respiratorias.
De ocurrir esto último es imprescindible acudir a
emergencias o con un doctor y evitar la automedicación.
Gerardo Contreras refirió que la mayoría de alacranes se
encuentra hacia el Pacífico, por lo que los medicamentos o favoterápicos para
tratar las picaduras de tal animal deben estar, en su mayoría, en dichas zonas.
Con información de N+

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